26 de septiembre de 2018 - Thiago Braga

Autonomía y Supervisión de las actividades de los Médicos Residentes y en formación. ¡Consulta la guía de CEAR!

La formación médica debe conciliar dos principios importantes. Por un lado, la exigencia moral de la no maleficencia en la práctica médica y, por otro, la necesidad de ejercer la autonomía como forma de desarrollar comportamientos importantes en el futuro profesional, como la libertad fundamentada, la responsabilidad, el espíritu de colaboración. , aprendizaje continuo y de reflexión.

Trabajar la relación entre estos dos principios es responsabilidad de los residentes/investigadores y de los preceptores, quienes deben establecer conjuntamente los límites de autonomía en las actividades necesarias para el aprendizaje, garantizando la seguridad del paciente.

Las actividades realizadas en un equipo formado por residentes/estudiantes en prácticas y tutores son responsabilidad ética y legal compartida por todos los implicados.

El ejercicio de la autonomía nunca debe ser utilizado con el único fin de preservar al médico preceptor de sus actividades y responsabilidades o para compensar el dimensionamiento inadecuado de los equipos médicos.

La Comisión de Enseñanza, Perfeccionamiento y Residencia Médica (CEAR) de la CBR reitera que las actividades del programa de formación deben cumplir con las normas de la Comisión Nacional de Residencia Médica y del Consejo Federal de Medicina en la materia.

Las actividades de los residentes/investigadores deben realizarse en presencia de un preceptor de tiempo completo, y la autonomía de los residentes/investigadores debe definirse teniendo en cuenta las diversas características específicas que envuelven cada acto médico, incluida su complejidad, la experiencia local y recursos, además de la cualificación y madurez específicas del médico en formación.