Llegamos al mes de noviembre y mucho se habla del cáncer de próstata (glándula que forma parte del aparato reproductor masculino). En esta época del año, las organizaciones del área de la salud, la prensa y la sociedad en conjunto, enfatizan el cuidado de la salud del hombre y la importancia de la prevención. Entender este tema es fundamental para evitar ciertos prejuicios a la hora de buscar un médico, o realizar pruebas, por ejemplo.
Según el Instituto Nacional del Cáncer (INCA), el cáncer de próstata es el segundo tipo más común entre los hombres y representa el 29% de los diagnósticos en esta población. Sus números solo son superados por las tasas de cáncer de piel no melanoma. Esta enfermedad masculina es un cambio en las células de la próstata, que comienzan a multiplicarse de manera irregular, formando un tumor.
Hay algunos factores como antecedentes familiares, edad, exposición ocupacional, sobrepeso u obesidad, que colocan a algunos hombres en riesgo de desarrollar la enfermedad. Según un estudio realizado por el INCA en 2019, en 2022 se registrarían aproximadamente 66 mil nuevos casos.
Es muy importante diagnosticar la enfermedad en sus primeras etapas. Para ello, es necesario estar atento a los posibles síntomas y consultar con un médico especialista (urólogo). Tener dificultad para orinar, sensación de vejiga llena después de ir al baño, sangre en la orina o en el semen, pueden indicar que el individuo está afectado por la enfermedad. En los casos más avanzados de cáncer de próstata aparecen otros signos como dolor en la columna o en las caderas.
A pesar de los síntomas que sugieren la aparición de cáncer, algunos casos son tratados como pacientes asintomáticos. Esto significa que la persona no tendrá ningún síntoma visible, por ejemplo. Por eso es muy importante la prevención para poder tener un diagnóstico precoz y certero.
El Ministerio de Salud recomienda que los hombres a partir de 45 años con factores de riesgo, o 50 años sin síntomas aparentes, busquen un profesional especializado para su evaluación. El propósito de esta guía es que cada individuo tenga un seguimiento individual. Y así, permite un seguimiento continuo o dirigido a cada caso.
Una de las pautas dentro de la medicina es la realización de pruebas específicas que puedan diagnosticar la enfermedad. La extracción de sangre para medir el PSA (Antígeno Prostático Específico) y la prueba del tacto son las principales para identificar la enfermedad. Algunos hombres, por miedo, o por falta de información, terminan por no buscar un médico para el cuidado de su salud y sobre todo cuando el tema está relacionado con la próstata.
Desde 2003, el Movimiento Noviembre Azul, que se originó en Australia, ganó protagonismo para llamar la atención sobre la existencia de la enfermedad y la importancia de la prevención. La elección del mes para la concientización está relacionada con el 17 de noviembre, conocido mundialmente como el Día Mundial de Lucha contra el Cáncer de Próstata.
La alimentación saludable, el mantenimiento adecuado del peso, el ejercicio, la evitación de bebidas alcohólicas y el tabaquismo son algunas prácticas que contribuyen a prevenir el cáncer de próstata. Aunque la tasa de mortalidad de hombres diagnosticados con esta patología es de aproximadamente 15.841 por año, según datos del INCA, las posibilidades de curación mediante un diagnóstico precoz son 90%. Por eso, informarse y cuidarse es el mejor camino para la prevención y el tratamiento.
Fuentes: